Reproducción de «Alrededor del círculo» de Kandinsky
Hola, amigos.
Hoy os mostramos la reproducción pintada con acrílicos sobre lienzo de la obra de Wassily Kandinsky, «Alrededor del círculo».
Una obra vibrante y abstracta que juega con formas geométricas y colores intensos, reflejando la armonía y el dinamismo del arte moderno.»
Hemos pintado esta reproducción con unas medidas de 53 x 80 cm, anclado en un bastidor de 4 cm, terminando los cantos del bastidor con la composición y quedando listo para colgar.
La composición es un conjunto de formas geométricas, algunas muy pequeñas situadas alrededor de un círculo rojo con una pupila, o sea lo que parece un ojo que está colocado en el centro en la parte superior del lienzo, como figura principal, el ojo que todo lo ve.
La mayoría de los elementos los pinta en diferentes tonos pastel y todos están perfilados con líneas negras de diferentes grosores, para darles fuerza.
La composición me sugiere mucho dinamismo y fuerza.
La primera vez que vi este cuadro me llamó la atención el fondo, verde oscuro, puesto que kandinsky suele pintar fondos claros.
Cromatismo y composición
Desde el punto de vista cromático, Alrededor del círculo de Kandinsky es una explosión de colores vibrantes y contrastantes.
La obra combina tonos cálidos como el rojo y el amarillo con fríos como el azul y el verde, creando una sensación de dinamismo y profundidad.
Kandinsky, influenciado por la teoría del color y la sinestesia, utilizaba el color no solo de manera estética, sino también con una intención emocional y simbólica.
En esta pieza, los colores parecen estar cuidadosamente distribuidos para generar equilibrio y energía.
En cuanto a la composición, la estructura de la obra gira en torno al círculo central, que actúa como un punto de anclaje visual.
A su alrededor, se disponen líneas, ángulos y figuras geométricas que crean una sensación de movimiento y expansión.
La disposición de los elementos no es aleatoria; Kandinsky organizaba cada forma con precisión para lograr armonía y tensión visual al mismo tiempo.
Su uso de la superposición y la variación de tamaños refuerza la sensación de profundidad, haciendo que algunos elementos parezcan avanzar y otros retroceder en el espacio pictórico.
En conjunto, la obra es un ejemplo magistral de cómo Kandinsky lograba transmitir emoción y ritmo a través del color y la composición, sin necesidad de recurrir a la representación figurativa.
Contexto histórico
El cuadro fue pintado en 1940, cuando Kandinsky ya vivía en París, exiliado de Alemania tras el ascenso del nazismo.
Durante esta etapa, su estilo evolucionó hacia formas más orgánicas y biomórficas, influenciado por la observación de la naturaleza y el arte prehistórico.
A pesar de las dificultades de la época —con la Segunda Guerra Mundial en curso—, Kandinsky siguió explorando su interés por la abstracción y la espiritualidad en el arte.
Una curiosidad sobre su trabajo es que veía los colores y las formas como sonidos y emociones, un fenómeno conocido como sinestesia.
Para él, los círculos representaban la armonía y lo espiritual, algo que se refleja en esta obra.
El original
La obra original tiene unas medidas de 97,2 x 146,4 cm y se encuentra en el «Museo Solomon R. Guggenheim» en Nueva York.
En nuestro blog puedes leer una biografía de Wassily Kandinsky.
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